Intims
Concierto "Intims" en el Casino de Barcelona
No es fácil poder presenciar la prueba de sonido previa a un concierto, ni charlar en medio de esas dos situaciones con el artista en cuestión. Pero Marta y Virginia o lo que es lo mismo, Ella Baila Sola, accedieron sin ningún impedimento a permitirnos conocer un poco más aquello que no se ve, los entresijos, el tiempo de espera en el camerino, la preparación para que luego todo vaya rodado. Lo que hay cuando los focos no están encendidos pero sí la cuenta atrás.
Compartimos un detrás y delante del escenario con ellas previo a su segunda noche con el cartel de entradas agotadas en el Casino de Barcelona enmarcada dentro del Festival íntims. Muchos, la gran mayoría, vamos a conciertos con el objetivo de disfrutar pero no reparamos en el trabajo que hay detrás para lograr ese propósito. En esta ocasión, van acompañadas de tres músicos (guitarra, bajo y piano) ya que el formato es acústico. Alrededor de las ocho de la tarde llegan a la sala Cotton Club donde ya están las mesas preparadas para que los asistentes disfruten de una cena mientras escuchan sus canciones, las antiguas y como no, las candentes enmarcadas en su reciente disco "Imanes en la nevera".
Comienzan con "Suelo de canicas" "Puedes bajar un poco la música en mi monitor, por favor" se dirige Marta al técnico de sonido. Tocan "Y quisiera" "A mi me puedes dar un poco más de brillo" solicita Virginia. Y es que la perfección es el punto a conseguir en cada detalle incluido el más mínimo. Tras casi una hora logran que el sonido sea perfecto.
Las puertas al público se abren a las 21h y actuarán a las 23:30h. Nos atienden en su pequeño camerino ubicado justo detrás del escenario "donde no puede faltar agua, igual que en el camerino. Porque hay veces que hemos tenido que pedir al público", confiesa Marta. Se les ve relajadas y satisfechas aunque confiesan que siempre "tenemos el gusanillo en el estómago, ese runrún sin el cuál no sería lo mismo. Son nervios buenos y tenemos muchas ganas de tocar esta noche" señala Virginia Mos. Ella es ahora la otra mitad de Ella Baila Sola a la que Marta calificaría después durante el show como "mi compañera hasta el fin". Un idilio que tiene como comienzo "Imanes en la nevera", disco compuesto por diez cortes del que ya se han extraído los singles "Voy" y hace una semana estrenaron el videoclip de "Mírame". "Estamos muy contentas con la acogida que está teniendo el álbum, los comentarios son cariñosos, buenos y cargados de respeto. Nos encanta leer lo que nos escriben los fans y ver como interactúan entre ellos", indica Marta.
La publicación de nuevo material las sitúa nuevamente en el candelero musical, tienen por delante una cargada agenda promocional que por ejemplo las llevará a compartir escenario con el grupo Texas en Santander el próximo mes de julio.
Durante la charla con ellas, no puede quedarse callada la curiosidad. ¿Tenéis alguna manía o ritual antes de salir al escenario? "Poner todos las manos juntas y hacer el grito de 1, 2, 3, apretujarnos y salir como una piña" exclama Marta. "Los momentos previos son de risas, muy divertidos y distendidos" dice Virginia mientras sonríe. Pero Marta reconoce que "necesito estar con Virginia, la banda y nadie más. Ni mis padres. Nadie, solo la gente que se va a subir al escenario. Eso me parece importantísimo. Si no tengo ese momento de banda, no parece que vaya a salir a dar un concierto" sí, crea esa atmósfera necesaria para luego salir al escenario y darlo todo juntos porque si no, parece que cada uno esté a una cosa" apuntilla Virginia. Es inevitable ponerse en la piel del espectador y preguntar si la valoración de un concierto depende de la reacción del público o de la parte profesional. Ellas, responden al instante: "un conjunto de ambas. El primer impacto es la reacción de la gente y luego al día siguiente ya piensas y analizas más la parte profesional".
Pasa el tiempo y ya son las 23.30h. Con puntualidad salen al pequeño, intimista pero acogedor escenario ante aplausos. Comienzan con "Y quisiera" y "Algo personal", ambas del disco "EBS" tras las cuáles saludan e interactúan con el respetable. Continúan con "Voy" primera canción del nuevo disco para dar paso a "Cuando los sapos bailen flamenco" y así un largo setlist encadenando presente y pasado, donde regalan a los oídos y a los recuerdos un mash-up (mix o popurrí de toda la vida) de grandes éxitos como "Que se me va de las manos", la irónica "Mujer florero", "Entre tu cuarto y el mío" o "Sin confesarlo todo" entre otros, durante el cuál es imposible evitar una sonrisa nostálgica. En el repertorio no pueden faltar "Lo echamos a suerte", o "Despídete" tras la cuál se retiran mientras se pide otra, otra. Regresan y es que aún falta el hit por excelencia y lo bueno siempre llega al final. Tras "Mejor sin ti" ahí estaba la esperadísima "Amores de barra" con el público cantando y haciendo los coros para poner el broche de oro a una noche donde quedó latente que Marta y Virginia empastan a la perfección sus voces sin imposturas ni adornos, manteniendo la esencia marca de la casa como si el tiempo no hubiese pasado.